DEFINIENDO OBJETIVOS
Nuestras metas y objetivos en la vida hacen parte de lo que nos mueve como humanos, sin embargo en muchas ocasiones estos objetivos parecen difusos, o pueden no motivarnos lo suficiente y no darnos la suficiente felicidad, esto en parte por seguir no nuestros ideales sino los que se nos han impuesto en nuestro paisaje cultural.
Seguramente en algún momento de la vida definiste tus objetivos, bien sea hace muchos años o recién lo haces, sin embargo hay un error que muchas veces hace que estos objetivos en muchos casos no se lleguen a hacer realidad, o que - a fin de cuentas - no nos motiven y llenen como esperamos. Esto se debe a que movemos nuestros sueños a través de las verdades relativas de felicidad que se nos enseñaron desde chicos. Te voy a dar unos ejemplos:
"Voy a terminar el colegio, luego mi carrera universitaria, ser un gran profesional, tener una bella familia..."
o un escenario común y que usualmente resulta en una vida desgastada:
"Voy a encontrar un buen trabajo, en una buena empresa, para ganar mucho dinero..."
Hay un gran problema con definir nuestros objetivos de esta manera y es que estás amarrando tu proyecto de vida a una carrera y al dinero, lo que resulta en las siguientes frases que vemos y oímos tan seguido:
"Odio los lunes", "Ya quiero que sea viernes", "Ya me quiero pensionar", "Otra vez a sentarme en ese escritorio", "Falta mucho para las vacaciones"...
Estos objetivos de vida suelen terminar en vidas insatisfechas e infelices, lo cual es triste de ver tan frecuentemente, especialmente entre jóvenes adultos, pues muy seguramente llegaran al final de sus vidas dándose golpes de pecho sobre lo que realmente les hubiera gustado hacer y no hicieron y viceversa.
Esto se desprende de hacer, fijar y trabajar por objetivos que son el medio para un fin, no el fín en sí. Hemos decidido comprar la idea que esos medios resultan en la felicidad y nada puede estar más alejado de la realidad. Los objetivos que te debes fijar son esos que te emocionen al hablar de ellos con tus amigos, esos que te produzcan mariposas en el estómago.
Los objetivos que son el fin en sí, no un medio para llegar a él, son los que debes empezar a definir, son esos que ansía cumplir tu corazón, que hacen que 'el tiempo se pase volando' cuando piensas y trabajas en ellos y a su vez están muy conectados con tus sentimientos, definirlos partiendo de esto te hará reflexionar sobre los objetivos que ya tienes o en los que vas a diseñar. Define tus metas por las experiencias que quieres vivir en la vida, cómo quieres crecer y cómo podrías ayudar a otros cuando las cumplas.
Estos objetivos tienen algo muy importante y es que te van a hacer feliz en el largo plazo, pero también en el camino y en tu persecución por esa meta, y es porque ella está movida por lo que realmente quieres.
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Seguramente en algún momento de la vida definiste tus objetivos, bien sea hace muchos años o recién lo haces, sin embargo hay un error que muchas veces hace que estos objetivos en muchos casos no se lleguen a hacer realidad, o que - a fin de cuentas - no nos motiven y llenen como esperamos. Esto se debe a que movemos nuestros sueños a través de las verdades relativas de felicidad que se nos enseñaron desde chicos. Te voy a dar unos ejemplos:
"Voy a terminar el colegio, luego mi carrera universitaria, ser un gran profesional, tener una bella familia..."
o un escenario común y que usualmente resulta en una vida desgastada:
"Voy a encontrar un buen trabajo, en una buena empresa, para ganar mucho dinero..."
Hay un gran problema con definir nuestros objetivos de esta manera y es que estás amarrando tu proyecto de vida a una carrera y al dinero, lo que resulta en las siguientes frases que vemos y oímos tan seguido:
"Odio los lunes", "Ya quiero que sea viernes", "Ya me quiero pensionar", "Otra vez a sentarme en ese escritorio", "Falta mucho para las vacaciones"...
Estos objetivos de vida suelen terminar en vidas insatisfechas e infelices, lo cual es triste de ver tan frecuentemente, especialmente entre jóvenes adultos, pues muy seguramente llegaran al final de sus vidas dándose golpes de pecho sobre lo que realmente les hubiera gustado hacer y no hicieron y viceversa.
Esto se desprende de hacer, fijar y trabajar por objetivos que son el medio para un fin, no el fín en sí. Hemos decidido comprar la idea que esos medios resultan en la felicidad y nada puede estar más alejado de la realidad. Los objetivos que te debes fijar son esos que te emocionen al hablar de ellos con tus amigos, esos que te produzcan mariposas en el estómago.
Los objetivos que son el fin en sí, no un medio para llegar a él, son los que debes empezar a definir, son esos que ansía cumplir tu corazón, que hacen que 'el tiempo se pase volando' cuando piensas y trabajas en ellos y a su vez están muy conectados con tus sentimientos, definirlos partiendo de esto te hará reflexionar sobre los objetivos que ya tienes o en los que vas a diseñar. Define tus metas por las experiencias que quieres vivir en la vida, cómo quieres crecer y cómo podrías ayudar a otros cuando las cumplas.
Estos objetivos tienen algo muy importante y es que te van a hacer feliz en el largo plazo, pero también en el camino y en tu persecución por esa meta, y es porque ella está movida por lo que realmente quieres.
"Un buen objetivo debería asustarte
un poco y emocionarte mucho"
Joe Vitale
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