EL LADO NEGATIVO DE LA CAUTELA
"¡Ten cuidado!", "Dame la mano, no quiero que te vayas a caer", "Es mejor que por ahí no vayas". ¿Te suenan estas frases?. Seguramente no es la primera vez que las lees, ves o escuchas. Todas ellas son señales auditivas de cautela, y hasta cierto punto ellas nos mantienen a salvo, sin embargo, en ella existe algo muy peligroso cuando trabajas por tus sueños: La zona de confort.
No estoy diciendo, en ningún sentido, que no se deba tener precaución en la vida. No se puede pretender manejar un carro a más de 140 km/h en una curva cerrada y salir bien librado de ella, no se puede pretender tomar alcohol todos los días por 20 años o más y pretender que tu hígado y otros órganos no tengan repercusiones, ni tampoco se puede pretender hacer equilibrio a muchos kilómetros del piso, en una cuerda, sin los instrumentos apropiados de seguridad. Como lo dije lineas arriba, la cautela nos permite tener seguridad, la cuál es útil y es sencillamente un instinto humano -supervivencia-, sin embargo ella a veces se disfraza y no nos permite salir adelante.
Si bien la precaución es saludable, también tiene un lado que no lo es tanto: La tan tóxica, nociva y asesina de sueños, zona de confort. Te voy a presentar unos ejemplos: "¿Vas a intentar emprender en estos tiempos?, la economía no está tan solida...", "¿A cuantas personas que hayan ido por ese camino conoces que hayan sido exitosas?, y es peor si no tienes conexiones...", "Sé de personas que lo intentaron y a los dos días ya se estaban rindiendo...". Muy seguramente has escuchado estas frases y, muy seguramente, estas se repiten de vez en cuando en tu diálogo interno cuando quieres tomar riesgos.
El acercamiento que propongo aquí no es el de una persona descuidada o imprudente, propongo un acercamiento mucho más consciente, uno que nos permita salir de la fragilidad que supone la precaución y tomar uno que nos ayude a empoderar nuestra mente sobre nuestra realidad, y eso es ser consciente que el exceso de cautela o precaución puede estar jugando en tu contra.
Lo cierto sobre la realidad es que no es absoluta, cada persona tiene su versión de ella y cada persona decide entenderla y percibirla como mejor y más apropiadamente le parezca. Por ello es peligroso guiar y llevar nuestra vida a partir de limitaciones que se nos han impuesto, aunque en un principio ellas tengan apariencia de seguridad y cuidado.
Cuando nos estacionamos en la zona de confort, por la creencia que mejor se ajuste a nosotros o a nuestra situación o creencia, cada decisión que se toma suele ser una de todo o nada, ganar o perder, vivir o morir. Pero sin un poco de riesgo y acción el resultado es quedarse quieto y un sueño sin acciones no es más que una buena idea, y por esto la vida pierde su sabor, pierde ese toque que la hace especial para cada persona, apagando las llamas que llamamos proyectos de vida.
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No estoy diciendo, en ningún sentido, que no se deba tener precaución en la vida. No se puede pretender manejar un carro a más de 140 km/h en una curva cerrada y salir bien librado de ella, no se puede pretender tomar alcohol todos los días por 20 años o más y pretender que tu hígado y otros órganos no tengan repercusiones, ni tampoco se puede pretender hacer equilibrio a muchos kilómetros del piso, en una cuerda, sin los instrumentos apropiados de seguridad. Como lo dije lineas arriba, la cautela nos permite tener seguridad, la cuál es útil y es sencillamente un instinto humano -supervivencia-, sin embargo ella a veces se disfraza y no nos permite salir adelante.
Si bien la precaución es saludable, también tiene un lado que no lo es tanto: La tan tóxica, nociva y asesina de sueños, zona de confort. Te voy a presentar unos ejemplos: "¿Vas a intentar emprender en estos tiempos?, la economía no está tan solida...", "¿A cuantas personas que hayan ido por ese camino conoces que hayan sido exitosas?, y es peor si no tienes conexiones...", "Sé de personas que lo intentaron y a los dos días ya se estaban rindiendo...". Muy seguramente has escuchado estas frases y, muy seguramente, estas se repiten de vez en cuando en tu diálogo interno cuando quieres tomar riesgos.
El acercamiento que propongo aquí no es el de una persona descuidada o imprudente, propongo un acercamiento mucho más consciente, uno que nos permita salir de la fragilidad que supone la precaución y tomar uno que nos ayude a empoderar nuestra mente sobre nuestra realidad, y eso es ser consciente que el exceso de cautela o precaución puede estar jugando en tu contra.
"Ten en cuenta que el gran amor y
los grandes logros requieren grandes riesgos."
Dalai Lama
Cuando nos estacionamos en la zona de confort, por la creencia que mejor se ajuste a nosotros o a nuestra situación o creencia, cada decisión que se toma suele ser una de todo o nada, ganar o perder, vivir o morir. Pero sin un poco de riesgo y acción el resultado es quedarse quieto y un sueño sin acciones no es más que una buena idea, y por esto la vida pierde su sabor, pierde ese toque que la hace especial para cada persona, apagando las llamas que llamamos proyectos de vida.
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