EXPECTATIVAS

Lo que te hace diferente a cualquier otra persona no es solo tu nombre, tu apellido y tu código genético. Otro factor importante y diferenciador es el tamaño de tus expectativas frente a tus proyectos, tus metas y tus sueños.

Si tus sueños son del 'tamaño' apropiado, depende de ti, de lo que quieres y de lo que proyectas, en ese sentido lo más lógico que ocurra es que tú decidas el tamaño de las expectativas. Sin embargo si tus proyectos no son lo suficientemente grandes no generarán en ti el empuje adicional que se necesita para levantarse temprano, para cambiar rutinas, para dar el salto, para tomar el riesgo de trabajar por él.

Cuando estableces tus metas y cuando ya las has diseñado de acuerdo a lo que quieres, es habitual empezar a sentir o a tener un par de inquietudes, que son prácticamente polos opuestos, con respecto a ellas: Duda o incertidumbre sobre si serán o no realidad y el exceso de trabajo sobre esos planes (Sofoco). Ten en cuenta que el primero suele existir cuando no has definido metas específicas que sean realistas y el segundo ocurre cuando no te das respiro, y empiezas a descuidar otros aspectos de la vida.



Empecemos con la duda. De los muchos enemigos internos de tus sueños, ella es una de las más peligrosas. Cuando ella existe las creencias limitantes empiezan a argumentarse, empiezan a distanciar el espacio que hay entre tú y tus sueños y finalmente convencen a tu subconsciente de la 'imposibilidad' de esos proyectos.

Cuando existe duda también puede existir su antónimo: Seguridad. ¿Cómo existe o nace? a partir de la misma raíz que su contraparte: Tus pensamientos, ellos desembocan en acciones, esas acciones traerán resultados, esos resultados más seguridad, lo que trae más acciones y así sucesiva y cíclicamente, hasta que habrás llegado a materializar ese plan por el que trabajaste.

Vamos al otro polo, el trabajo excesivo. Sin acciones no hay resultados, punto final. No hay una varita mágica o un genio en una lámpara que haga por ti lo que tú debes hacer para cumplir tus metas, este es un concepto que debes tener claro y es el de tu responsabilidad de hacer -o dejar de hacer- las cosas.

Si debes trabajar duro y mucho por tus sueños lo dejo a tu consideración, pero cuida todos los frentes. No dejes que por fijar tus ojos en una meta, se te escapen otras áreas que también deben estar en tu consideración, como lo son tu salud, tu familia, tu pareja, tu espiritualidad, tu conocimiento y tus experiencias. Para que esto no suene intimidante o abrumador por la cantidad de trabajo que pareciera mantener todo bajo control, busca que tus metas siempre procuren por el bienestar de todas las áreas de tu vida o busca puntos de intersección entre ellas cuando diseñes tus proyectos.

"Atrévete a soñar la vida que has soñado
para ti mismo. Ve hacia adelante y haz
que tus sueños se hagan realidad."
Ralph Waldo Emerson

Tus sueños deben ser lo suficientemente grandes para intimidarte un poco, pero no tanto como para que te asuste trabajar por ellos, en este sentido las expectativas que tengas no solo deben ser reales, deben motivarte, no deben ahuyentarte, deben ser tuyos, y deben brindarte la posibilidad de no dejar de lado otras áreas de tu vida.



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