EMPIEZA POR EMPEZAR

Todo proceso en la vida requiere de ese primer paso: Empezar. Cada meta cumplida, cada sueño realizado sobre esta tierra lo tuvo, el primer avión, los carros, la tecnología, los viajes al cosmos. Todos iniciaron en ese paso, y te tengo una noticia: Tus sueños y metas, tus proyectos, también empiezan ahí.

Supongamos una meta que suele ser general para muchas personas: Tener un mejor estado físico. Cuando tomamos la decisión de mejorar nuestra salud, a partir de un cambio en nuestra alimentación, hábitos de ejercicio y de salud mental, ¿cuál suele ser el paso más difícil? Lo sabes. El primero. El que luego se va a transformar en otro paso, y luego otro, y luego uno más, y uno adicional, cada día, para llegar a un día en el que miramos hacia atrás y podremos ver el recorrido que arrancó con un paso, una decisión: Empezar

Para llegar a ver, sentir y escuchar que nuestras metas se convierten en realidad, no basta con quererlo, desearlo, visualizarlo; debes tomar siempre el primer paso, ese que a veces se parece y se siente como un salto al vacío. Este paso no es opcional, no es un paso que si, así lo prefieres, no tomas, si no lo tomas vas a estar en el mismo lugar siempre, anhelando llegar y estar donde, por esa decisión, no has avanzado.


Nuestra vida depende de las decisiones que tomamos cada día, ellas nos hacen lo que somos y no somos y ellas parten de preguntas e inquietudes. La más importante y la que te da el empuje para realizar lo que haces empieza en 'porqué', pero de esta hablaré en otra entrada. Otra es 'cuando?', y la podemos a dividir en dos: '¿Cuando vas a empezar?' y '¿Cuando verás el proyecto realizado?'.

La respuesta a la segunda pregunta depende en gran medida de la respuesta de la primera y por eso es tan importante responderlas con mucha responsabilidad. Supongamos que quieres cambiar tus hábitos alimenticios para mejorar tu estado de salud o tu figura, o mejorar tus hábitos de lectura, o iniciar un emprendimiento, o aprender a tocar guitarra. Si no empiezas ahora, tu subconsciente entiende la tarea como no o poco importante, la relega y le da un lugar de poca relevancia en tus tareas diarias, hasta que llega un día en el que recuerdas que querías hacerlo, y para ese momento habrás perdido mucho tiempo que le hubieras podido dar a eso que quieres lograr.

"El que ha comenzado bien, está a la mitad de la obra"
Horacio

¿Sabes cuál es la diferencia entre un futbolista que 'quiere ser' profesional y uno que 'ya es' profesional?, ¿la diferencia entre alguien que 'quiere ser' emprendedor y alguien que 'ya es' emprendedor?, ¿la diferencia entre alguien que 'quiere' cambiar su vida y alguien que la 'cambió'? Si respondiste a esas preguntas con razones como, 'ellos tuvieron mejores oportunidades' o 'ellos tienen ese algo especial', o con una respuesta como 'es el destino', déjame cambiar tu perspectiva. Las diferencias entre 'una persona del común' y esa persona 'extraordinaria' son cuatro, y cuatro muy específicas: Mentalidad, y esto lo vamos a entender -por ahora- como tener la disposición de querer hacer las cosas. Disciplina, para trabajar casi permanentemente por una meta. Resiliencia, para no rendirse ante las adversidades, y la clave de todo éxito: Empezar a trabajar por lograr esa meta, o sueño, o proyecto específico de cada quien.

Las personas que admiras, tomaron las decisiones que les permiten hoy estar donde están, y hay una decisión que determina en una gran medida ese desenlace. La decisión de empezar, y aquí dejaré una pregunta que cambiará tu vida. Si no empiezas a cambiar tu presente hoy, ¿entonces cuando? y suma un par de inquietudes que puedes transformar en tus preguntas motivacionales diarias: ¿Qué voy a hacer hoy para acercarme a la vida de mis sueños? y ¿Qué de lo que hice hoy puedo dejar de hacer para tener un mejor presente?



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