TEMPORADAS DE CRECIMIENTO

Si alguna vez tuviste la oportunidad de ver un árbol cortado, seguramente notaste los anillos que forman el tronco. Cada uno de esos anillos representa la madurez y edad del árbol, cada uno de ellos muestra la resistencia de un árbol que sobrevivió, y que gracias a esa experiencia, es ahora más robusto, más fuerte. Las personas también atraviesan estas temporadas de crecimiento.



Con cada semilla arranca una nueva vida, comienza el proceso de crecimiento de un árbol, de una idea, de un proyecto, de un nuevo plan. Ella solo germinará con los cuidados apropiados, ese árbol que anhela ser solo lo será si la semilla cae en un suelo fértil. En los primeros días vendrán dificultades, siendo la primera encontrar ese trozo de tierra que abrace al árbol y lo lleve a ser su mejor e imponente versión. De esa semilla luego se desprenderán raíces que cumplen el propósito de llevar los nutrientes del suelo a donde cumplirán un propósito mayor: Alimentar correctamente la semilla para que el árbol que de ella salga, sea fuerte.

Con el pasar del tiempo, la semilla dejará de ser ese trozo pequeño de existencia, para ser un árbol, que irá creciendo para ser más que parte del paisaje, lo hará para ser el hogar de animales e insectos, lo hará para ser sombra en los calurosos días de verano y para ser fuente del oxigeno sin el cuál no podríamos vivir. Durante todo este proceso cada cambio de estación le presentará a nuestro protagonista nuevos retos, los cuales enfrentará cada cuatro o seis meses -o cada año- aproximadamente.


Con cada paso de temporada, el árbol se irá engrosando y robusteciendo, esto para prepararlo para lo que viene en su larga presencia sobre la tierra. Los árboles más gruesos tienen más capas cubriendo su centro, estos son los que más han tenido que soportar el cambio, cada uno de esos cambios es una temporada de dificultad.

Para poder ver con certeza cuantos anillos de crecimiento tiene un árbol tendríamos que cortarlo pues todo el cambio está en su interior, lo que lo reviste tal es solo representación de todo lo que ha tenido que atravesar. Cada uno de esos anillos es la forma del árbol de decir que está listo para lo que haya de venir, que sus retos han sido fuertes, pero que ha logrado llevarlos de una forma que solo han logrado fortalecerlo.

En este sentido los seres humanos atraviesan la vida de una manera muy similar a los árboles, y si quisiéramos verlo así, nuestros sueños y metas también. 

"Siempre que hay un reto, también
hay una oportunidad para afrontarlo,
para demostrar y desarrollar nuestra 
voluntad y determinación.
Dalai Lama

Seguramente habrás escuchado -o dicho- esta frase en algún momento de tu vida: "Es que estoy pasando por un momento muy difícil." O esta: "Estoy en una mala racha". Si lo vemos de una manera diferente, estos son más que momentos difíciles, estos son temporadas de crecimiento. Considera estos tus anillos, esos que demuestran que has atravesado por un mal momento pero que el mismo no ha logrado derribarte, es decir que cada situación de dificultad que has atravesado hasta hoy ha dejado en ti experiencias y con ellas vienen los anillos de crecimiento.

En el otro escenario que planteo, estos momentos pueden estar en tu sueño o proyecto, cada vez que esa meta se veía distante y lejana de ti, que parecía quedarse en solo un anhelo, pero que tras atravesar esa tormenta te ha dejado muchas enseñanzas ha puesto un anillo de crecimiento en el tronco de ese árbol que llamamos sueño o meta.

Los troncos más robustos son esos que han atravesado muchas temporadas de crecimiento, y hay algo que los diferencia del resto de los árboles, su capacidad de resistir a esos momentos para aprender de ellos y seguirse fortaleciendo. Tu vida y tus sueños son como un árbol, que al atravesar unas temporadas de crecimiento lograrán fortalecer tu crecimiento.



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