DE LA VIDA Y LAS SENTADILLAS
Así como mencioné en otra entrada la vida se trata de levantarse cuando se cae, de avanzar a pesar de los tropiezos, de seguir adelante. Mucho de esto se relaciona con el fisicoculturismo, con el proceso de la hipertrofia, con la disciplina, con la dieta y el descanso, hasta que los resultados llegan. Sin embargo la permanencia de ellos están atados a seguir avanzando.
No podría decir con exactitud en qué momento decidí adentrarme en este tema del fisicoculturismo, lo que tengo claro es que fue después del día que cambió mi vida, y fue gracias a quien hoy considero mi mejor amigo, cuando me dijo de una manera muy sutil: "¿y si entramos al gimnasio?". Después de esta pregunta mi vida dió un vuelco para bien.
Aunque mi propósito al ingresar al gimnasio no era volverme fisicoculturista, el proceso me fue llevando cada vez más y más cerca de ello. Al comenzar no fue sencillo, me sentía confundido, no sabía qué hacer, qué no hacer y cómo hacerlo. Así comienzan las curvas de la vida: No sabemos cómo enfrentarlas, cómo llevarlas y, lo más importante, cómo salir de ellas. Comenzar a ir siempre es el primer paso. Enfrentar la tarea es lo primero. Además de lo anterior, el hecho de tener un diagnóstico de Esclerosis Múltiple encima no lo hacía más sencillo. Sin embargo el reto le daba un toque muy atractivo a la tarea.
Con el pasar del tiempo empecé a aprender cómo hacer bien los ejercicios, escuchando a quienes ya habían estado en mi puesto, el puesto del novato. Estar dispuesto a reconocer la necesidad de crecer es el siguiente paso: Aprender, modelar y corregir, desde la forma de hacer el ejercicio, la postura correcta, el número de repeticiones y series ideales para cumplir con el objetivo: Volumen, fuerza y/o resistencia. Desde aquí lo siguiente fue seguir avanzando. Más peso, más repeticiones, más series. Avanzar y seguir avanzando. Seguir aprendiendo significaba para mí seguir creciendo, seguir adquiriendo más y más fuerza. Es en este momento cuando lo que empieza como hobby se transforma en dedicación.
Después del primer año me dí cuenta que la hipertrofia muscular no sería fácil e iba a requerir mucho más que solo ir al gimnasio. Ya tenía más conocimiento sobre el ejercicio, cómo hacerlo bien, ahora hacía falta el resto de la receta: Dieta y descanso, es decir, más disciplina. Este fue el primer tropiezo en mi camino en el fisicoculturismo, mi poco conocimiento en nutrición, por lo que debí seguir aprendiendo: Cuantos gramos de proteina, carbohidratos y grasa necesitaba por comida para seguir viendo resultados, cuantas calorias y cuantas horas de descanso. Las llanuras en el camino del crecimiento son parte del proceso también, sin embargo está en tus manos si sigues avanzando -creciendo- o decides descender.
Aparte de todo esto me dí cuenta que el mayor aprendizaje y la mayor similitud que existe entre la vida y el fisicoculturismo es que la vida es como una sentadilla, el mejor y más completo ejercicios de todo el repertorio disponible: La vida se trata de levantarse cuando tienes un peso sobre ti que te intenta poner de rodillas, y de hacerlo una y otra vez hasta que ya necesitas aumentar de peso para seguirte retando a crecer y a fortalecerte.
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Aunque mi propósito al ingresar al gimnasio no era volverme fisicoculturista, el proceso me fue llevando cada vez más y más cerca de ello. Al comenzar no fue sencillo, me sentía confundido, no sabía qué hacer, qué no hacer y cómo hacerlo. Así comienzan las curvas de la vida: No sabemos cómo enfrentarlas, cómo llevarlas y, lo más importante, cómo salir de ellas. Comenzar a ir siempre es el primer paso. Enfrentar la tarea es lo primero. Además de lo anterior, el hecho de tener un diagnóstico de Esclerosis Múltiple encima no lo hacía más sencillo. Sin embargo el reto le daba un toque muy atractivo a la tarea.
Con el pasar del tiempo empecé a aprender cómo hacer bien los ejercicios, escuchando a quienes ya habían estado en mi puesto, el puesto del novato. Estar dispuesto a reconocer la necesidad de crecer es el siguiente paso: Aprender, modelar y corregir, desde la forma de hacer el ejercicio, la postura correcta, el número de repeticiones y series ideales para cumplir con el objetivo: Volumen, fuerza y/o resistencia. Desde aquí lo siguiente fue seguir avanzando. Más peso, más repeticiones, más series. Avanzar y seguir avanzando. Seguir aprendiendo significaba para mí seguir creciendo, seguir adquiriendo más y más fuerza. Es en este momento cuando lo que empieza como hobby se transforma en dedicación.
Después del primer año me dí cuenta que la hipertrofia muscular no sería fácil e iba a requerir mucho más que solo ir al gimnasio. Ya tenía más conocimiento sobre el ejercicio, cómo hacerlo bien, ahora hacía falta el resto de la receta: Dieta y descanso, es decir, más disciplina. Este fue el primer tropiezo en mi camino en el fisicoculturismo, mi poco conocimiento en nutrición, por lo que debí seguir aprendiendo: Cuantos gramos de proteina, carbohidratos y grasa necesitaba por comida para seguir viendo resultados, cuantas calorias y cuantas horas de descanso. Las llanuras en el camino del crecimiento son parte del proceso también, sin embargo está en tus manos si sigues avanzando -creciendo- o decides descender.
Aparte de todo esto me dí cuenta que el mayor aprendizaje y la mayor similitud que existe entre la vida y el fisicoculturismo es que la vida es como una sentadilla, el mejor y más completo ejercicios de todo el repertorio disponible: La vida se trata de levantarse cuando tienes un peso sobre ti que te intenta poner de rodillas, y de hacerlo una y otra vez hasta que ya necesitas aumentar de peso para seguirte retando a crecer y a fortalecerte.
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