LA PACIENCIA Y SUS RECOMPENSAS

Conoces la palabra, seguramente la has escuchado más de una vez y en más de una infinidad de escenarios, momentos, situaciones y contextos. Una de las definiciones RAE de la palabra es: Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho, otra de las definiciones es :Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Si lo vemos y leemos en un sentido profundo, ambas definiciones están más que entrelazadas y tener esta virtud siempre deja recompensas.

Cuando se me pregunta cuál es una de mis mayores virtudes, sin duda -y no quiero sonar engreído- ella está en el top 3 de las respuestas, pues sin ella no se llega lejos y no hay sueño o meta alcanzable, sin ella enfrentar la realidad se hace mucho más difícil, sin ella no hay paz interior, sin ella la emocionalidad dejaría sin poder la racionalidad, sin ella no hay cómo enfrentar situaciones complicadas. 

Lo cierto es que cuando establecemos objetivos que nos hagan sentir realizados, no estaremos hablando de metas inmediatas, ni de objetivos que puedan realizarse en un corto lapso de tiempo y no me malinterpretes, cada día debe traer consigo una tarea que te acerque a tu gran propósito o proyecto o sueño, pero es la paciencia la que te va a permitir actuar y trabajar por él sin perder el entusiasmo.


Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. No suena sencillo, ¿cierto? En mi caso hacer esto no ha sido como sentarse a esperar uno de esos momentos que tanto anhela una persona con un diagnóstico 'incurable', que es en el que se anuncia una cura definitiva para su malestar, y sin duda los primeros días fueron muy difíciles, cuando el panorama no era optimista en muchos aspectos. Sin embargo cada día traía, y sigue trayendo, enseñanzas. Ha sido por paciencia que he atravesado por momentos de debilidad, física y emocional, siempre con la sonrisa del que no conoce qué se siente ser derrotado y que sabe que siempre llega la calma.

Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. Esta tampoco es un paseo en el parque pero es de la que desprenden grandes recompensas, pues esta definición de paciencia es la que determina -visto desde los ojos de un soñador- si un proyecto, por grande que sea, será o no exitoso. Tener la capacidad de esperar te permite ver más allá sin desaliento, sin importar lo oscuro que pueda ponerse el trayecto. He tenido un total de dos recaídas en ya casi 10 años de diagnóstico, en la primera de ellas pensé que no podría hacer una carrera profesional, ni volver a caminar sin apoyo, mucho menos correr; en la segunda pensé que tendría que abandonar mi carrera profesional y tendría que acostumbrarme a caminar con el vértigo que acompaña a aquellos que recién se bajan de una montaña rusa. Entendí que estos escenarios solo estarían en mi mente y mi realidad por el tiempo que quisiera tenerlos allí, por lo que decidí desecharlas con prontitud.

"Quien tiene paciencia,
obtendrá lo que desea."
Benjamin Franklin

Como puedes leer, el viaje no ha sido corto y no ha sido sencillo, pero sin duda ha sido uno que me ha llenado del crecimiento que hoy me tiene escribiendo este blog, que me tiene estructurando planes y proyectos de vida que me lleven a ser más para dar más. Creo que la paciencia es verdaderamente la virtud que hace verdaderos sabios, y esta deja más de una recompensa, deja éxitos, aprendizajes, crecimiento y un anhelo por un futuro más brillante.



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